Abogado del diablo, sacrificio de una tarde al sol con golosinas me mirabas a los ojos, me cogías de las manos, comparabas, me elegías. Sueño que esta noche por fin, podría pasar algo bueno, extranjero en tu paladar, bomba nuclear en tus sueños, quédate una noche más, bésame y no hables más. Sé muy bien que ésto es de locos, ir buscando poco a poco la frontera, una salida

2 de mayo de 2010

Anoche me monté en un taxi. No sé si sería por la cerveza; o porque me dolían tanto los pies que había desubicado mi cabeza. No lo sé. Pero me subí, deseé buenas noches al taxista, y me quedé en silencio, sentada en el asiento de atrás, como una estúpida.
Y el tipo, que olía a tabaco que tiraba para atrás (o igual era yo), en su infinita paciencia de chófer de borrachos y prostitutas, me preguntó "¿a dónde?"
A dónde....
¿Y sabe qué? No sé si sería por la cerveza, o porque me dolían tanto los pies que había desubicado mi cabeza; pero no recuerdo qué le respondí. Solo sé que anoche me monté en un taxi; que el sol ha salido hace 6 horas y que todavía sigo intentando adivinar hacia dónde quería ir.